“SI LA ACTIVIDAD ME GUSTA Y ME INTERESA; NO NECESITO ROMPER LAS REGLAS.”

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martes, 12 de febrero de 2013

Consejos para dar instrucciones


Vale la pena dedicar algún tiempo a asegurarse de que las instrucciones son claramente entendidas por todos los alumnos presenten o no TDAH. Siguiendo los consejos que damos a continuación puede ayudar a los niños a seguir sus instrucciones.
*No comenzar a dar las instrucciones hasta que la clase esté en completo silencio.
*Esperar a que todos le presten atención. Tal vez necesite acercarse a algunos alumnos y tocarlos o darles alguna indicación física para que se concentren en usted.
*Explicar claramente, con lentitud y concisión.
*Hablar dando el frente a los alumnos.
*Emplear instrucciones multisensoriales, visuales y verbales. Por ejemplo, escribir en la pizarra algunas palabras o frases clave, números de páginas, indicaciones gráficas.
*Dar ejemplos de lo que hay que hacer, muéstrele a la clase.
*No dar a los alumnos con demasiadas instrucciones al mismo tiempo.
*Si encarga deberes que los alumnos deberán presentar al día si­guiente o en el curso de la semana, haga que los registren en su agenda escolar. Ayúdelos a realizar un registro correcto, y dejar escrito lo que hay que hacer en la pizarra o en otro lugar visible hasta el final del día, como recordatorio.
*Controlar que la clase haya comprendido, haciendo preguntas espe­cíficas. Por ejemplo:
El maestro: ¿Tenemos que hacer los problemas 8 y 12?
La clase: No.
El maestro: Por qué no?
La clase: Sólo tenernos que hacer los impares.
*Hacer que algunos alumnos repitan o reformulen las instrucciones para estar seguro de que han comprendido.Dé instrucciones completas, incluyendo lo que usted espera que los alumnos hagan después de haber terminado la tarea.





La atención: obtenerla, concentrarla, conservarla


Modos de lograr la atención de los alumnos

•Emplee técnicas diversas para hacer indicaciones a los alumnos: apagar las luces, hacerlas titilar, tocar el timbre, levantar la mano (como señal de que también ellos deben levantar las manos y cerrar la boca hasta que todos estén callados), tocar un compás en el piano o con la guitarra, etcétera.
•Varíe su tono de voz: alto, bajo, susurrante. Dé una orden en voz alta: "¡Escuchen! ¡Listos! ¡Basta!". A continuación permita unos segundos de silencio, y proceda a dar instrucciones en un tono de voz normal.
•Contacto visual. El alumno debe mirarlo mientras usted habla, sobre todo si le está dando instrucciones. Cuando los alumnos tienen escritorios dispuestos en varios grupos, el maestro debe disponer que todos giren sus sillas de modo que queden frente a él cuando así lo indique.
•Modele la excitación y el entusiasmo por la lección que se inicia.
•Haga a la clase una pregunta sugerente, no muy fácil, capaz de ge­nerar discusión y despertar interés por la lección que se inicia.
•A veces es útil "payasear" un poco; un sombrero extravagante o música rara pueden ayudar a atraer la atención de los alumnos.
•Misterio. En una caja, una valija o una huida lleve un objeto relacionado con la lección que se inicia. Este es un modo excelente de generar adivinanzas y puede conducir a discusiones o actividades escritas de muy buen nivel.
•Antes de leer un relato o capítulo, emplee estrategias introductorias (véase el capítulo 10, sobre artes del lenguaje): mediante la discusión, con poemas, ayudas visuales, etcétera, incorpore las experiencias pasadas de los alumnos.
Cómo concentrar la atención de los alumnos
 
•Cuando presenta una lección y da instrucciones, emplee estrategias multisensoriales.
•Utilice ayudas visuales. Escriba palabras clave o dibuje figuras en el pizarrón, o bien use el retroproyector en el transcurso de su exposición.
•Para destacar los puntos importantes, emplee colores: tizas de color en el pizarrón, v rotuladores de color con el retroproyector. Escriba con un color diferente las palabras o frases clave, los distintos pasos de los problemas de computación, las letras que dan lugar a errores ortográficos en ciertas palabras, etcétera.
•Enmarque con sus manos o en una caja de color el material visual en el que usted quiere que los alumnos se concentren.

Mantener la atención y la participación de los alumnos

•La lección debe ser clara en todo momento.
•El ritmo de la exposición debe ser brioso, activo.
•Prepare de antemano sus materiales, para no perder tiempo.
•Emplee figuras, diagramas, gestos, objetos didácticos y material interesante.
•Estructure la lección de modo tal que el trabajo pueda realizarse en parejas o pequeños grupos, para lograr la máxima participación Y atención del alumno.El aprendizaje cooperativo es la estrategia y estructura ideal para mantener a los alumnos interesados y participando. En las aulas actuales, es esencial enseñar a aprender.
•Emplee interrogatorios de alto nivel. Haga preguntas de final abierto, que requieran razonamiento y estimulen la reflexión y la discusión críticas.
•Haga que los alumnos redacten notas breves durante la instrucción.
•Emplee técnicas para completar. Distribuya un texto con palabras clave omitidas. Haga que los alumnos llenen lo que falta. En otro texto, que los niños resalten con color los puntos esenciales. Ejemplo:"Este capítulo explica modos de atraer…… de los alumnos, y mantenerlos……..en la tarea".
•Pregunte a todos los alumnos por igual. Muchos maestros, sin ad­vertirlo, ignoran a algunos niños del aula. En general, el maestro no se da cuenta de que pasa por alto a algunos alumnos sentados en rincones, o de que pregunta a los varones con más frecuencia que a las niñas. Algunos maestros son proclives a interrogar a los niños que tienen los conocimientos que el docente desea encontrar. Otros maestros llaman deliberadamente a los alumnos que les parecen no preparados o ignorantes de la respuesta. Las estadísticas sobre las expectativas y el desempeño escolar en relación con la etnia Y el género lo demuestran abrumadoramente.
•Los niños son muy astutos, muy pronto advierten los hábitos y el sistema del maestro, Y se dan cuenta de cuáles son las probabilidades de que se los llame a hacer aportes en el aula. Los alumnos que perciben que se los hará hablar frente a sus compañeros permanecen más atentos.
•Escriba los nombres de los alumnos en paletas de helados, y extráigalas al azar.
•Grábese en vídeo o en audio para controlar sus propias tendencias y descubrir a quiénes toma más en cuenta. Advertirlo nos ayuda a realizar un esfuerzo deliberado para responder a los alumnos que podríamos haber estado ignorando. Nota: He ob­servado que yo miro hacia la izquierda v respondo a los niños que están de ese lado con más frecuencia que a los otros. También tiendo a prestar más atención a los alumnos perturbadores. Después de haberlo advertido, esto, tratando de cambiar.
•Disponga una tarjeta en el escritorio de cada niño. Explíqueles que está tratando de ser justo y llamar a todos equitativamente. Pídales que tracen una marca en la tarjeta cada vez que usted los llama. Esto puede hacerse a lo largo de un día, de varios días, o de una semana. Los resultados son a veces muy revelado­res para el maestro, y por lo general a los niños les gusta coope­rar. Por otro lado, ellos consideran que la elección al azar es justa.
•Después de hacer una pregunta, concédale al alumno una pausa de por lo menos cinco segundos. Muchos niños necesitan más tiempo para procesar el interrogante, reunir sus ideas y expresarlas. Trate de reformular, haga preguntas de sondeo, a aguarde un poco más. A los alumnos que no logran respondér, dígales que volverá a ellos más tarde, y efectivamente hágalo.
•Tome medidas especiales. Sea sensible con los alumnos que sus compañeros consideran malos estudiantes, incapaces de responder. Establezca acuerdos privados con el niño que tiene este problema, para ayudarlo a reforzar su autoestima. Le puede proponer que en adelante levante la mano cerrada cuando no desea que us­ted lo llame, y la mano abierta en caso contrario.


Prevención de los problemas conductuales en el aula mediante técnicas de manejo.


  • La claridad de las expectativas.
  • Enseñar lo que es aceptable e inaceptable en el aula.
  • Estructura y rutina.
  • Productibilidad, consistencia.
  • Mucha práctica, modelado y revisión de las expectativas y reglas conductuales
  • Consecuencias claras y justas.
  • Persistencia.
  • Comprensión, flexibilidad y paciencia por parte del maestro.
  • Cortar el paso a los problemas con tácticas preventivas.
  • Ayuda del maestro, de persona a persona.


Enseñe sus reglas

Las reglas deben ser pocas, claras y amplias. Muchos maestros hacen que los alumnos discutan, decidan y redacten por escrito las reglas del aula, para que la clase las sienta como propias.

Ejemplo A:

  • Traer los materiales necesarios para el trabajo.
  • Seguir las instrucciones y no abandonar la tarea.
  • Mantener bajo control las manos y los pies; no manosear los objetos.
  • Ser amable y cortés con los otros.


Ejemplo B:

  • Seguir las instrucciones.
  • Prestar atención.
  • Trabajar en silencio en los períodos en que ésa es la indicación.
  • Hacer cada uno su mejor trabajo.
  • Exponga la justificación de las reglas. El tiempo que se dedique a enseñar las reglas y a modelar todas las expectativas conductuales está bien usado.
  • Las reglas, escritas o representadas con dibujos, deben ubicarse en por lo menos un lugar visible. Enseñe con ejemplos. Muestre las reglas en acción, mediante el desempeño de roles(role playing). Esto es adecuado en todos los grados. Se necesitan repaso y práctica frecuentes a lo largo de todo el año escolar.

Para cada expectativa respecto de la conducta, se debe:
  • Explicar.
  • Formular por escrito.
  • Demostrar esa expectativa en acción.
  • Hacer que los alumnos practiquen.
  • Por ejemplo, la práctica de hablar en voz baja: "¿Cómo suena? ¿Es una voz baja?"
  • Comunicar las reglas y expectativas a los padres, por escrito.


Refuerzo positivo

El refuerzo positivo en el aula no puede reemplazarse por nada. Es la mejor estrategia de manejo de la conducta, y genera autoestima y respeto. Detecte a los alumnos que hacen lo que usted quiere que hagan. Reconozca y elogie los casos específicos.

Algunos ejemplos de refuerzo positivo en el aula

  • Los mejores reforzadores son el reconocimiento y el elogio legítimos.
  • Recompensar a los alumnos con privilegios (por ejemplo, tareas y responsabilidades en el aula).
  • Por lo general conviene incentivos y recompensas muy importantes  menos que resulten necesarias. Comenzar con recompensas e incentivos pequeños, sencillos.
  • A muchos alumnos los motivan las recompensas tangibles (autoadhesivos, premios, comida).


Otros reforzadores sugeridos son:

  • Elegir un juego para disfrutar con un amigo.
  • Ganar tiempo libre.
  • Ganar un desayuno o almuerzo con el maestro.
  • Leer u hojear revistas de interés especial.
  • Usar la computadora, solo o con un amigo.
  • Escuchar música con grabador y auriculares.
  • Trabajar con arcilla, pluma o papel especiales o en pizarra blanca. Ser líder en un juego, quizá como capitán del equipo.
  • Anular la nota más baja.
  • El alumno puede abstenerse de hacer una tarea que él elija.
  • El alumno puede llevar a la clase y mostrar algo que elija.
  • Reducción del tiempo en penitencia.
  • Autorización para mascar chicle en momentos determinados. 


Incentivos en el aula

Los incentivos en el aula son grandes motivadores. Hay dos que a muchos maestros les han resultado particularmente útiles:

Los alumnos ganan vales o billetes de imitación con los que pueden participar en una rifa o remate semanal, quincenal o mensual..Con los vales o billetes que hayan acumulado pueden comprar juguetes, distintos artículos o privilegios autorizados por el maestro.

El maestro va reuniendo fichas o bolitas en una jarra cuando observa que los alumnos están haciendo algo bien o se comportan correctamente. Una vez llena la jarra, toda la clase gana una reunión especial (por ejemplo, con palomitas de maíz, pizza, helados), alguna actividad o un paseo.





Manejo y control de un grupo en el salón de clase – Nuevos retos y algunos consejos


Existen diferentes formas para lograr el control y manejo de un grupo en el salón de clases. Para tener éxito hay que saber dirigir una clase, adaptar el estilo del profesor a la misma, tomar en cuenta la edad de los alumnos, su origen étnico y nivel socio-cultural, así como la “personalidad” de la clase como grupo y la tuya como profesor.
Mantener el orden en clase es una de las tareas más difíciles que enfrentan los profesores, sobretodo los jóvenes con poca experiencia. Sin embargo, es primordial para lograr buenos resultados en el aprendizaje.
Esta labor se ha dificultado aún más en las últimas décadas, ya que la actitud de los alumnos hacia las personas con autoridad ha cambiado dramáticamente.
Algunos de los cambios en nuestra sociedad así como en la actitud de los alumnos han sido positivos y han servido para incrementar la auto-confianza y seguridad en los propios estudiantes.
Otros cambios no lo han sido tanto, ya que se han visto: un incremento en la falta de respeto por la autoridad, algunas actitudes negativas hacia los métodos de enseñanza y en ciertos casos más graves, el uso de la violencia por parte de los alumnos para lograr sus objetivos.
Lo anterior ha hecho que el manejo de los estudiantes dentro del salón de clases y en la vida escolar en general, sea más difícil y más demandante para aquellos que están a cargo de mantener un ambiente de aprendizaje positivo.
Afortunadamente, una gran cantidad de conductas o comportamientos negativos en la clase pueden ser aligerados antes de que se conviertan en problemas serios de disciplina. El éxito en este sentido depende principalmente de la habilidad del profesor para emplear prácticas organizacionales efectivas. Estas prácticas son clave en el proceso de enseñanza y son esenciales para establecer y mantener el orden y control de la clase.
La forma de llevar una clase depende de múltiples factores, pero si sigues los consejos que ahí se dan, seguramente tendrás un muy buen comienzo.
Lo demás dependerá de tu entusiasmo y dedicación como profesor. Esfuérzate mucho y siempre ten en mente que estás ayudando a la gente a convertirse en mejores personas. Esto es una de las actividades que más satisfacción te pueden dar.

Motivación en el aula de clases.


FACTORES QUE INTERVIENEN EN EL APRENDIZAJE DE LOS ALUMNO


Cuando un alumno quiere aprender algo, lo logra con mayor facilidad que cuando no quiere o permanece indiferente. En el aprendizaje, la motivación depende inicialmente de las necesidades y los impulsos del individuo, puesto que estos elementos originan la voluntad de aprender en general y concentran la voluntad. De esta forma podemos ver que la motivación es un acto autoexhortativo.

Cuando una persona desea aprender algo, las otras actividades no atraen sus esfuerzos. Se produce un cambio, un aumento de expectativa y luego de tensión, y ambos casos constituyen una disposición para aprender ese algo. Esto determina una movilización de energía, la cual se ha consumido cuando el aprendizaje ha sido llevado a cabo. Si el esfuerzo tiene éxito, la tensión también se alivia


CLASES DE MOTIVACIÓN


Existen dos clases de motivaciones: motivación intrínseca y motivación extrínseca.


MOTIVACIÓN INTRÍNSECA :se refiere a la satisfacción personal que representa enfrentar con éxito la tarea misma.


MOTIVACIÓN EXTRÍNSECA: Dependen de lo que digan o hagan los demás acerca de la actuación del alumno, o de lo que él obtenga tangiblemente de su aprendizaje.


Estas dos se mezclan continuamente y, a veces resulta imposible separarlas, ya que la autoestima juega un papel muy importante.

CADA ALUMNO SE MOTIVA POR RAZONES DIFERENTES


La motivación como proceso autoenergético de la persona, limita la función del profesor a ser un agente exterior que trata de desencadenar las fuerzas interiores del alumno. Esto nos lleva a una consecuencia: los incentivos tienen un valor motivacional limitado. La misma actividad incentivadora produce distintas respuestas en distintos individuos, o incluso en el mismo alumno en diversos momentos.


En la práctica se traduce en una limitada eficacia de las motivaciones colectivas, si no van acompañadas de una individualización y adecuación a las peculiaridades del alumno, en las que influyen tanto los rasgos de personalidad como su misma historia.



Estrategias de enseñanza para establecer reglas en el aula.


1.- Las reglas deben ser razonable y necesarias.

Pregúntese si las reglas que está estableciendo son apropiadas para este nivel. También pregúntese si hay una buena razón para la regla. Por ejemplo: una maestra de secundaria tiene una regla de que lo9s estudiantes deben llegar a clase a tiempo; les dice claramente que si llegan tarde, serán detenidos incluso en la primera vez que caen. Ella explica la regla al principio del año escolar y les dice su razón de ser: si llegan tarde, perderán material importante.

2.- Las reglas deben ser claras y comprensibles.

Si tiene reglas generales, especifique con claridad lo que quieren decir. Por ejemplo: Por ejemplo, un maestro tiene la regla “estén preparados”. En lugar de dejar la regla en un nivel general, el maestro especifica lo que significa estar preparado: tener su tarea, cuaderno, lápiz, y el libro de texto todos los días.
Un problema que aflora cuando se instauran reglas en el aula es si se deja a los estudiantes participar en su elaboración. Involucrándolos en la generación de reglas del aula incrementa su sentido de responsabilidad hacia ellas, sobre todo en Instituciones educativas secundarias. Algunos estudiantes sugerirán reglas ridículas las que usted simplemente puede vetar. Algunos maestros establecerán reglas generales y entonces pedirán a los estudiantes generar ejemplos específicos de las reglas.

3.- Las reglas deben ser consistentes de las metas de instrucción y aprendizaje.

Asegúrese que las reglas no interfieran con el aprendizaje. Algunos maestros se interesan tanto en tener aulas ordenadas y tranquilas que restringen a los estudiantes las posibilidades de interactuar y comprometerse en actividades de aprendizaje colaborativo.

4.- Las reglas del aula deben ser consientes son las reglas de la escuela.

Conozca las reglas de los colegios. Como qué comportamientos se requieren en sus diferentes ambientes. Muchas Instituciones Educativas tienen un manual que dice lo que es aceptable y lo que no. Familiarícese con el manual. Algunos maestros revisan el manual con los estudiantes al principio del año escolar para que entiendan claramente las reglas de las Instituciones Educativas con respecto al ausentismo, haraganería, peleas, hábito de fumar, consumo de sustancias tóxicas, lenguaje impropio y otros asuntos.



Estrategias de enseñanza para un buen inicio escolar.

1.- Establezca expectativas para el comportamiento y resuelva la incertidumbre del estudiante.
 
Al principio del año escolar, los estudiantes no están seguros de que esperar del aula; quizá tengan expectativas basadas en sus experiencias con otros maestros y que son diferentes de las que tendrán en su aula. En los primeros días de clases comunique sus expectativas sobre el trabajo y comportamiento de los estudiantes. No sólo se enfoque en el contenido del curso en los primeros días y semanas de clase. Asegúrese de dedicar un momento a explicar clara y concretamente las reglas de la clase, procedimientos y requisitos para que sus alumnos sepan qué esperar en el curso.

2.- Asegúrese de que los estudiantes experimenten el éxito.
En la primera semana de clases, deben diseñarse actividades de contenido y tareas que los estudiantes puedan realizar exitosamente. Esto los ayuda a desarrollar una actitud positiva y le proporciona confianza para hacer tareas más difíciles después.

3.- Este disponible y visible.

Demuestre que usted es una persona a quién los alumnos pueden recurrir cuando necesiten información. Durante el trabajo en la mesa o de grupo, esté disponible en lugar de ir a su escritorio y llenar formas. Muévase alrededor del aula, supervise el progreso de los niños y proporcione ayuda cuando la necesiten.

4.- Esté alerta.

Aún cuando usted haya establecido claramente las reglas y expectativas del curso, algunos estudiantes lo olvidarán y otros intentarán ponerlo a prueba para saber si usted está dispuesto a aplicar las reglas sobre todo durante las primeras semanas de clase. Continúe estableciendo límites de forma consistente entre lo que es aceptable y lo que no lo es en su salón.


miércoles, 6 de febrero de 2013

Causas más comunes que generan el descontrol de grupo

Si bien cada grupo es diferente, existen ciertas causas  documentadas que impiden el cumplimiento de los objetivos:
  1. ABURRIMIENTO: Los niños, como cualquier ser humano, cuando se encuentran aburridos, echan mano de su creatividad para amenizar su estancia en ese lugar.   Así, cuando las actividades que proponemos han sido superadas, cuando hay ausencia de dirección o cuando no se genera una motivación en los menores para realizar cierta actividad, el grupo se altera porque pierde de vista sus objetivos y, por lo tanto, se pierde el control.
  2. ANSIEDAD: Se presenta cuando se acerca un evento importante en que los niños tengan que mostrar su rendimiento, cuando hay mucha exigencia de las autoridades, cuando hay un agente agresivo dentro del grupo (maestra o compañero), cuando existe duda de sus capacidades, etc., se provoca un incremento en la actividad psicomotora (revisar desarrollo infantil) y se puede generar descontrol grupal.
  3. ETAPAS DEL DESARROLLO: Existen ciertas fases del desarrollo emocional en las que el niño se tiene que enfrentar y medir con las autoridades.   Como por lo general todos los niños de un grupo se encuentran más o menos en la misma etapa, ésta actitud se suele volver grupal.
  4. FALTA DE PLANEACIÓN: Cuando la maestra de grupo abandona la línea que debe seguir y pierde de vista el objetivo, los niños pierden dirección y aparece el descontrol del grupo.
  5. LÍDER NEGATIVO: Cuando el líder del grupo presenta conductas disruptivas y retadoras, genera movimientos grupales que llevan al descontrol.

Control de Grupo

Es común pensar que el control de los niños pequeños implica luchar contra ellos, contra su actividad motora, su capacidad de crear e imaginar y, sobre todo, con su gran habilidad para divertirse.   Cuando un maestro piensa que controlar al grupo implica imponer, limitar y perseguir, el grupo se convierte en un verdadero desorden, ya que los niños intentarán luchar contra aquello (la maestra) que les impide ser felices.   Sin embargo, la tarea es difícil de llevar a cabo sin descuidar los objetivos académicos que se ha propuesto.   Es ella la que debe decidir qué actividad se va a realizar en cada momento, así como la que decidirá lo que se puede y lo que no se puede hacer dentro del salón de clases.
 Para poder mantener el control de un grupo, es necesario que la maestra:
  • Conozca a su grupo y a cada uno de sus integrantes
  • Disfrute de su actividad y la convivencia con niños pequeños
  • Conserve la capacidad de diversión de la infancia
  • Tenga la capacidad de tomar decisiones rápidas pero certeras y asertivas
  • Tenga capacidad de análisis de relaciones interpersonales
  • Logre dejar su vida privada fuera del ambiente escolar
  • Logre no pensar que cada vez que el grupo se descontrola, lo hace para molestarla
  • Observar lenguaje no verbal
  • Capacitación constante
  • Postura firme pero cálida
     
     
“SI LA ACTIVIDAD ME GUSTA Y ME INTERESA; NO NECESITO ROMPER LAS REGLAS.”